domingo, 23 de octubre de 2011

obsesión

En el peor de los casos, las mujeres que amamos demasiado somos adictas a las relaciones, "hombreadictas" intoxicadas de dolor, miedo y anhelo. Como si eso no fuera suficiente, es posible que los hombres no sean lo único a lo que estamos "enganchadas". A fin de bloquear nuestros sentimientos más profundos de la niñez, algunas también hemos desarrollado dependencias de sustancias adictivas. En nuestra juventud o, más tarde, en la adultez, quizás hemos comenzado a abusar del alcohol o de otras drogas o, lo que es más típico en las mujeres que amamos demasiado, de la comida. Hemos comido en exceso o escasamente, o ambas cosas, para olvidar la realidad, para distraernos, y para insensibilizamos al vasto vacío emocional que hay en lo profundo de nuestro ser. No todas las mujeres que aman demasiado también comen demasiado o beben
demasiado o abusan de las drogas, pero para aquéllas que sí lo hacemos, nuestra recuperación de la adicción a las relaciones debe ir de la mano de nuestra recuperación de la adicción a la sustancia de la que abusamos. He aquí la razón: cuanto más dependemos del alcohol, las drogas o la comida, más culpa, vergüenza, miedo y odio por nosotras mismas sentimos. 

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