martes, 11 de octubre de 2011

La necesidad de ser necesitadas

Melanie se sentía culpable al recordar el suicidio de su madre y su propia incapacidad de evitarlo, la clase de culpa que se experimenta en forma consciente y que cualquier miembro de la familia siente naturalmente ante una tragedia así. En Melanie, esa culpa consciente se vio exacerbada por su super desarrollado sentido de la responsabilidad por el bienestar de todos los miembros de su familia. Pero además de esta pesada carga de culpa consciente, ella llevaba otra carga más pesada aun. El cumplimiento de sus deseos infantiles de tener a su padre para ella sola produjo en Melanie una culpa inconsciente además de la culpa consciente que sentía por no haber podido salvar a su madre mentalmente enferma del suicidio. Esto, a su vez, generó un impulso de compensación, una necesidad de sufrir y soportar penurias a modo de expiación. Esta necesidad, combinada con la familiaridad de Melanie con el rol de mártir, creó en ella algo cercano al masoquismo. Había bienestar, si no verdadero placer, en su relación con Sean, con todo su dolor, soledad y abrumadora responsabilidad inherentes. La segunda consecuencia son los sentimientos inconscientes de incomodidad ante las implicaciones sexuales del hecho de tener al progenitor deseado para uno mismo. Comúnmente, la presencia de la madre (o, en estos días de divorcios frecuentes, la de otra compañera o pareja sexual para el padre, como una madrastra o novia) proporciona seguridad tanto al padre como a la hija. La hija está en libertad de desarrollar un sentido de sí misma como alguien atractivo y amado a los ojos de su padre, y al mismo tiempo sentirse protegida de un cumplimiento abierto de los impulsos sexuales que inevitablemente se generan entre ellos, por la fuerza del vínculo de su padre con una mujer adulta adecuada. Entre Melanie y su padre no se desarrolló una relación incestuosa, pero dadas las circunstancias bien podría haber sucedido. La dinámica que operaba en su familia está presente con mucha frecuencia cuando se desarrollan relaciones incestuosas entre padres e hijas. Cuando una madre, por el motivo que fuere, abdica de su rol apropiado como pareja de su esposo y madre de sus hijos, y provoca el ascenso de una hija a ese puesto, está obligando a su hija no sólo a asumir sus responsabilidades sino también la expone al riesgo de convertirse en objeto de los impulsos sexuales de su padre. (Si bien aquí se podría interpretar que toda la responsabilidad es de la madre, en realidad el hecho de que haya incesto es completa responsabilidad del padre.

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