sábado, 3 de septiembre de 2011


Entre los hijos del general se encontraba Octavio quien estaba enamorado de Marcela, su media hermana, y se resistía a creer que fueran parientes, ambos estaban enamorados y catalina era cómplice de lo que sentían. Octavio aprovechaba cualquier momento para ser amable con ella y cariñoso. Ellos acompañaba a catalina cuando viajaba a México y los dos dormían en el mismo cuarto, en el que con el tiempo decidieron quitar una de las camas y dormir en una misma. El general decidió casar a Marcela, le consiguió muchos pretendientes para que eligiera. Octavio le pidió a Catalina que intercediera para que Marcela o se casara y ella así lo hizo.
Con el tiempo, catalina se llenaba más de responsabilidades que nombro a una de sus hermanas su secretaria particular y contrato a muchas sirvientas para hacerse cargo de la casa y de los niños; de quienes se olvido por completo cuando contrato a Lucina. Algunos de sus hijos le ayudaba a organizar eventos para reunir fondos que serian destinados a diferentes causas.
Catalina había ayudado a mucha gente interviniendo por ellas ante su esposo para que se les hiciera justicia, todas las noches ella le presentaba un enlistado de las cosas que a ella le pedían y el le indicaba a quien o a donde se deberían dirigir las personas para aclarar sus problemas y otros mas los desechaba por que no los consideraba importantes. En ocasiones ella tubo que intervenir por los demás aun en contra de su esposo, ayudando a personas que estaba en riesgo de morir por ordenes del gobernador.
Eran tantas las peticiones que a catalina le hacían que hubieron ocasiones en las que su marido se nego a hacer justicia de esos problemas, por lo que catalina decidió abandonar su trabajo como mediadora entre los ciudadanos y el gobernador.
Con el tiempo catalina no solo se dedicaba a realizar diversas acciones en puebla, sino que también Andrés la mandaba a México a informarse de cómo estaban las cosas allá y que era lo que se rumoraba. Catalina se había enamorado del secretario del presidente de la republica, buscaba pretexto alguno para estar cerca de el u oír su voz; cada ves que ella llegaba a México deseaba verlo y regresaba a puebla muy radiante hasta el día que supo, por medio de su esposo, que era gay.